Recomendaciones para la elección de calzado infantil

12/02/2016

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El calzado tiene que adaptarse a los movimientos del pie durante el desarrollo de las actividades del niño. Debe ser concebido no sólo para andar sino que  ha de adaptarse a la realización de gestos típicamente deportivos y evitar así posibles lesiones. El cansancio o fatiga, la aparición de rozaduras y otros problemas dependerán de que el calzado tenga una estructura funcional adecuada. Desde Centro Medico Las Infantas y en nuestra consulta de podología en Sanlúcar te hacemos las siguientes recomendaciones:

 AJUSTE DEL CALZADO: SELECCIÓN DE LA TALLA

 

El calzado ha de adaptarse a la forma del pie y no al revés. La selección de la talla adecuada asegurará en gran medida el éxito del calzado.

  • Compruebe el largo. Busque con su pulgar el dedo más largo del niño (el gordo o el segundo). Deben quedar a 10 mm de la puntera en los bebés, y a unos 15 mm en los niños más mayores. Si le resulta difícil encontrar el dedo, empuje el pie hacia delante dentro del zapato y mire la holgura en la trasera.
  • Con el pie situado hacia delante, los dedos no deben tocar la parte de arriba de la puntera.
  • Mire el ancho, haga que el niño se ponga en cuclillas y pellizque el material de corte a la altura de la parte más ancha del pie, se debe obtener un material extra de unos 6 mm. Si observa bultos es que el zapato aprieta demasiado.
  • Al quitarle los zapatos compruebe que no tiene rojeces en los pies. La zona más ancha del pie en la delantera debe de coincidir con la más ancha del zapato.
  • La puntera debe ser redonda o cuadrada, vista desde arriba, y redondeada por el lateral. Debe, además, ser cerrada con un refuerzo de cierta rigidez para la protección de los dedos.
  • Vigile que el dedo pequeño no es oprimido sobre su compañero, el cuarto. Búsquelo con cuidado.
  • El pie debe entrar en el zapato sin necesidad de un calzador.
  • Con el pie hacia delante en el zapato, debe existir un hueco en el talón que permita deslizar un lápiz para tolerar el crecimiento del talón.

Dado el rápido crecimiento del pie del niño, recomendamos a los padres una revisión o cambio del calzado frecuente: Durante los dos primeros años cada 2-3 meses, entre dos y 4 años cada 4 meses, entre 4 y 6 años y en el niño mayor cada 6 meses con variaciones individuales.

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LA SUELA Y EL CORTE

  • El calzado ha de ser flexible. Para ello compruebe que, al levantar la trasera manteniendo firme la parte de delante sobre una superficie lisa, el calzado se flexiona sin dificultad, doblándose por un eje oblicuo de delante hacia atrás y de dentro hacia fuera en la parte más ancha de la suela. Ésta debe coincidir con la línea de flexión de los dedos. Esto facilitará la impulsión durante la marcha y disminuirá la fatiga.
  • Fíjese en el material de corte debe permitir la flexibilidad, la transpiración y proporcionar un aislamiento térmico adecuado.
  • Se recomienda evitar cosidos y refuerzos que queden situados sobre el empeine o cercanos a la zona de flexión de dedos.
  • El interior del calzado ha de ser como un guante, sin costuras o con éstas bien acabadas, para evitar daños en la delicada piel del niño.
  • Intente retorcer el calzado en su eje largo manteniendo la puntera fija y girando la trasera hacia dentro, no ha de ser ni fácil ni tampoco difícil. Esto mejorará la estabilidad y la progresión del paso.
  • La suela es la superficie de contacto con el suelo y de ella dependen muchas de las prestaciones del calzado. De la suela debemos tener en cuenta su dibujo que ha de mejorar el agarre en situaciones deslizantes.  El zapato debe proporcionar suficiente agarre, tanto en seco como en mojado, y proporcionar seguridad y aplomo en cualquier circunstancia cotidiana del niño.
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 CARACTERISTICAS GENERALES Y RESUMEN 

  • Sopese el calzado. Debe ser lo más ligero posible.
  • El largo del zapato, debe quedar entre  10-15 mm entre el dedo gordo y la puntera.
  • La puntera debe ser redonda o cuadrada, vista desde arriba, y redondeada por el lateral.
  • Debe ser de horma recta.
  • El tacón debe ser bajo y ancho.
  • El abrochamiento debe ser con cordones o velcro y alto sobre el empeine con una lengüeta de piel suave.
  • El calzado ha de ser flexible.
  • El material de corte debe permitir la flexibilidad, la transpiración y proporcionar un aislamiento térmico adecuado.
  • La suela debe tener dibujo para mejorar el agarre en situaciones deslizantes.

 

 Pistas para conocer si se deben cambiar los zapatos:

  • El pie ha deformado claramente los zapatos.
  • En la piel del niño aparecen áreas de irritación, ampollas, etc.
  • La parte más ancha del pie se comprime con la parte superior del calzado.
  • En el interior del zapato, la zona de los dedos está claramente más desgastada.

En Centro Medico Las Infantas estamos a tu disposición para cualquier consulta de Podología en Sanlúcar

 

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