El rasguño les hará más libres

21/12/2017

Niño deja ya de joder con la pelota. Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca.    Joan Manuel Serrat

Niño ten cuidado con eso, no te vayas a cortar déjamelo a mí, no enciendas eso que te puedes quemar, deja que lo estás poniendo todo sucio yo lo hago, no te vayas muy lejos ponte donde yo te pueda ver, cuidado con eso, mira cómo te has puesto de barro, mira los zapatos nuevos que te compré, están sucios, ten cuidado!!

Los padres con estas advertencias, avisos o prevenciones intentan evitar que su hijo se corte con el cuchillo al hacerse ese bocata de crema de cacao, que deje la cocina sucia o llena de migas y ayudarán a que esos nuevos zapatos duren más tiempo limpios.  Evitaremos que sienta dolor físico con algún que otro rasguño.

Cuando actuamos así es porque estamos pensando desde el rol de padres, como cuidadores, como protectores de nuestros hijos, nos estamos comportando  como entendemos que debemos hacerlo. Los psicólogos decimos que nos estamos monitorizando, para cerciorarnos que estamos siendo buenos padres. Actuando así estamos poniendo el foco de atención en nosotros mismos y no en ellos. Debemos ponernos en su lugar, pensar que están sintiendo y aprendiendo con eso que hacen de forma natural y curiosa, y sobre todo en el para qué lo hacen.

Cuando estamos en esta constante autoevaluación podríamos estar siendo sobreprotectores sin quererlo, limitando sus iniciativas y acotando el mundo en el que ellos deberían sentirse y comportarse como exploradores. Los niños deberían probar por ellos mismos si yerran o por el contrario tienen éxito y luego nosotros valorarles el esfuerzo empleado.

¿Cómo aprenden los niños a andar? Se caen, se levantan y se vuelven a caer pero, ¿qué ocurriría si tenemos un miedo constante de que en cada nuevo intento se dé de bruces o se dé un golpe en la cabeza? Probablemente dirijamos nuestra atención a ponérselo más fácil, lo que hace que necesiten menos esfuerzo y si lo llevamos al extremo probablemente estemos retrasando ese hito tan necesario que es la bipedestación. Bien, a pesar de ello si dejamos al niño levantarse y caerse veremos como de forma natural lo intenta una y otra vez, los niños se orientan en el mundo de forma natural hacia situaciones de juego en los que pueden poner a prueba sus límites físicos. Si estamos pendientes de protegerles en lugar de incentivarlos y animarles a seguir, estamos limitando de alguna manera la curiosidad innata que todo niño tiene e incluso poniéndoles en algunos casos trabas a su desarrollo evolutivo natural.

Creemos necesario que los niños afronten ciertos riesgos para superar los miedos y con ello desarrollar seguridad y autoconfianza lo que repercutirá finalmente en una mejora de su autoestima.

Debemos fomentar su autonomía y autoconfianza puesto que son ellos los que se enfrentan a las distintas situaciones siendo dueños de sus actos, de sus errores y sus éxitos; con ello irán regulando su conducta, dirigiéndola al éxito y a la consecución de aquello que se han propuesto. Este sentimiento de valía les hará adultos seguros y capaces de asumir riesgos que son los que le llevarán siempre a evolucionar.

Consejos para padres.

  • Observen en qué etapa evolutiva están sus hijos. Si hacen las cosas es que están preparados para ello. Si no lo hace no le fuerce ni lo compare con otros niños y ponga los medios para que lo ponga en práctica por él mismo.
  • Juegue con sus hijos. Permítales cierto riesgo, que se ensucien, que se agiten. Que sean ellos los que propongan las reglas, nosotros podremos renegociarlas.
  • No se tome los pequeños traumatismos, chichones y rasguños como algo dramático, cálmelo y propicie un nuevo intento sin forzarlo.
  • Evite usar el “ten cuidado”, decir esto presupone que existe un peligro e incluso que no puede hacerlo suficientemente bien. Pregúntele si sabe hacer eso que se propone y explíquele la mejor manera de hacerlo.
  • La naturaleza es el mejor lugar para poner a prueba estos miedos como padres y es el mejor entorno para explorar un ambiente que les proporcionará situaciones variadas en las que poner a prueba los cinco sentidos, (trepar, hacer equilibrio en un tronco). Estas actividades estimulan la mente y favorecen las capacidades motrices.

 

 

Guillermo Sánchez Gutiérrez
Psicólogo

Centro Medico Las Infantas
 

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